Dietista infantil

La obesidad y el sobrepeso infantil: visión de una dietista

Según datos del Ministerio de Sanidad, la población infantil y juvenil (de 2 a 24 años) con obesidad es del 13,9% y los que tienen sobrepeso representan un 12,4%. Esto nos sitúa en los puestos de cabeza a nivel europeo junto a Grecia (otro país de la dieta mediterránea).

¿Qué implicaciones tiene el sobrepeso y la obesidad infantil?

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Además de las bromas o el rechazo por parte de sus compañeros, los malos hábitos adquiridos durante la infancia pueden llevar al niño a sufrir consecuencias para su salud. 

 

Antes, la obesidad (y las enfermedades asociadas a esta enfermedad) era un problema exclusivo de los adultos. Hoy en día, podemos encontarnos adolescentes con diabetes tipo 2, hipertensión arterial, y niveles altos de colesterol. Además de esto, los niños pueden desarrollar problemas psicológicos debidos a su relación con el resto de compañeros: marginados por su aspecto, presentan una baja autoestima puediendo generar trastornos como la bulimia, la anorexia, la depresión.

 

 

Y lo que por otra parte es más preocupante, la obesidad cuando se manifiesta en la infancia y persiste en la adolescencia, y no se trata a tiempo, probablemente se arrastrará hasta la edad adulta.

Consejos de una dietista

A continuación voy a daros una serie de consejos, tanto como dietista como madre de un niño pequeño:

 

  • Debemos de ser conscientes de que nuestra sociedad ha cambiado. Nuestros hijos necesitan ingerir menos calorías que nosotros: practican menos deporte, pasan menos tiempo en la calle, una parte importante de su tiempo libre lo pasan sentados delante de una pantalla...
  • Como padres, somos responsables de la educación de nuestros hijos a todos los niveles, incluyendo lo que comen.
  • Hay que meter la educación nutricional dentro de la educación general del niño. Al igual que le damos pautas de conducta o no le permitimos ver dibujos en la tele todos los días, es nuestra obligación como padres enseñarles a comer de una forma sana.
  • Esta labor comienza desde que nacen y cobra especial importancia cuando comenzamos a darles alimentos. Deben de acostumbrase a todos los sabores y no sobrecargar el paladar infantil desde pequeños. Si acostumbramos a un niño a sabores fuertes (comida frita, repostería industrial, snacks salados) luego nos costará mucho más que tomen verdura.
  • A esta edad una de las comidas más importantes del día es el desayuno. Hay multitud de estudios que muestran como los niños que no desayunan tienen una mayor tasa de obesidad. Un desayuno correcto puede tener leche, pan y mermelada. Evitemos siempre que podamos todo tipo de repostería, incluyendo magdalenas o galletas rellenas.
  • Los niños tienen que almorzar y merendar. Volvemos al punto anterior: evitemos los productos procesados. Una combinación de fruta, pan, embutido bajo en grasa (jamón york o pavo) y frutos secos forman parte de una alimentación equilibrada.
  • Por norma general, la comida en los colegios es bastante equilibrada y está supervisada por la administración regional. Si creemos que no es así, deberemos hablar con la directora del centro.
  • No hay ningún problema si puntualmente nuestros hijos comen algo "menos saludable". Pero debe de ser una excepción y no formar parte de la norma.
  • Debemos de fomentarles un ocio activo, formando parte de él la actividad física. Si un niño hace deporte, cuando sea adolescente es muy probable que lo siga practicando y será un adulto activo. Pero si un adolescente no practica ningún deporte, difícilmente lo hará cuando tenga más años.

¿Crees que necesitas ayuda de un profesional de la dietética?

Si crees que necesitas que alguien te ayude para que tu familia adopte unas pautas de alimentación sanas y equilibradas, puedes contactar conmigo.